De no haber sido por Gabo, la masacre de las bananeras hubiera pasado al total olvido. Los reclamos de esos jóvenes de entonces, se resumían bajo la consigna del 8 por 3. 8 horas de trabajo, 8 horas de estudio y 8 horas de descanso, e incluían entre otras: seguro colectivo obligatorio, reparación por accidentes de trabajo, habitaciones higiénicas y descanso dominical, pagos semanales, mejor servicio de salud y abolición del sistema de subcontratación; hoy hablaríamos de tercerización, disculpen mi mal ingles de: Outsourcing.
Los hechos sucedieron bajo el gobierno conservador de Abadía, e involucraron 25 mil trabajadores de entonces. El gobierno incapaz de ser árbitro de los reclamos sociales, optó por la vía militar. Los trabajadores se mantenían firmes en sus reclamos, el ministro de guerra de entonces, ordenó a un General de entonces hacerse cargo de la situación, este trató de rateros y vagos a los huelguistas y ´buscando la excusa para intervenir, la halló, inventando que habían atacado y hecho prisionero a un teniente, una noticia falsa de entonces. La élite corrupta de entonces, se amangualó con los intereses extranjeros de la United Fruit Company, y el 5 y 6 de diciembre de 1928, se masacró un número importante de obreros, sobre cuya cifra nunca existió acuerdo; para el embajador de los Estados Unidos, de mil muertos, para el ejército, de 47 y para los líderes 5 mil. Se instauraron 54 consejos verbales de guerra -hoy equivaldría a juicios penales por terrorismo-, en los cuales, a dos de los defensores de la causa como chivos expiatorios, se les condenó a 182 años de cárcel. El gobierno había defendido la inversión extranjera a capa y espada, diezmado el movimiento obrero, pero las denuncias por estos hechos, realizadas por un joven abogado contribuyeron al fin de la hegemonía conservadora de sesenta años de gobierno, y llevó a los liberales al poder, se trataba del Representante a la Cámara Jorge Eliecer Gaitán. Esto sucedió en la generación de nuestros abuelos y padres.
En la mía, fue el paro del 14 y 15 septiembre de 1977, bajo el gobierno liberal de López Michelsen, las centrales obreras convocaron un paro nacional, debido a la situación económica de entonces, generada, por la crisis del petróleo del año 73, que incrementó de modo sustancial su precio, la inflación causada por la bonanza cafetera, que benefició a unos pocos, y el auge de la bonanza marimbera e inicios del narcotráfico. Se pedía : aumento salarial por encima del 50%, congelación de tarifas de artículos de primera necesidad y de tarifas de servicios públicos, Suspensión del estado de sitio, derogación del Estatuto docente, financiación y desmilitarización de las universidades, Abolición de la reforma administrativa, entrega de tierras a los campesinos, Jornada de trabajo de 8 horas y salario básico para transportadores, Suspensión de decretos de reorganización del Instituto Colombiano de los Seguros Sociales la EPS IPS de entonces. El ministro de gobierno de entonces, declaró la protesta como subversiva y adoptó medidas que la restringían y violentaban. El ministro de guerra de entonces, como todo un Varón, se hizo cargo de la situación, murieron 33 personas, hubo cerca de 3 mil heridos y cientos de detenidos. Fue necesario habilitar la Plaza de Toros la Santamaría y el Estadio el Campín para poder retenerlos. Se declaró el toque de queda que no fue efectivo, la protesta social se había salido de control. Más de 30 agentes de policía resultaron heridos. Posteriormente, durante el gobierno de Turbay, se decidió reprimir la protesta social con su Estatuto de Seguridad. Después del bogotazo por el asesinato de Gaitán es la movilización social más importante.
En la generación actual, las protestas que se adelantan tal vez signifiquen el fin de la hegemonía Uribista, Duque desbordado por la crisis de la pandemia, la cleptocracia imperante, y gobierno autista, tendrá que negociar un nuevo convenio social, donde los jóvenes y los sindicatos tienen sus aspiraciones para que modifique la realidad de ser una de las sociedades más desiguales del mundo, donde el 10 % es dueño del 90% de la economía y el 90 % de la población debemos malvivir con el 10%. Tienen huevo …así que jóvenes cuenten con nuestro respaldo y a cumplir pacíficamente su cita con la historia.
Miguel Alfonso Pérez Figueredo