La compañía Española a solicitado el preconcurso de acreedores, un paso que ha formalizado este pasado jueves, con la intención de utilizar cuatro meses para trazar un plan financiero que le permita salir del atolladero en el que se encuentra.
Pese a disponer de una cartera de proyectos de ingeniería y construcción cercana a los 8.800 millones de euros sus acciones tuvieron un desplome del 40%.
Si la multinacional no haya una solución en este tiempo, se consumará el mayor concurso de acreedores de la historia de España, con una deuda financiera bruta oficial de 8.903 millones de euros.
El Gobierno español, entretanto, presiona para que acreedores y empresa encuentren una salida que salve a una de las empresas españolas más grandes y que emplea a 24.225 en el mundo.
La salida para Abengoa sería encontrar otro grupo industrial dispuesto a invertir en la empresa, o el plan B, que los bancos canjearan la deuda por acciones y hacerse con el control de la compañía, como ya ha ocurrido con otras empresas, como el grupo Prisa (Propietaria de Caracol Radio).
LA QUIEBRA
La última opción, es la liquidación definitiva de la empresa que cuenta con un importante portafolio de proyectos, El 75% de éstos se ubican en América del Sur.
Abengoa aterrizó en esta región en la década de los 60, desarrollando sus primeros proyectos en Colombia, Venezuela, Guatemala y Argentina. En la actualidad, el 35% de sus ventas dependían de esta región. En otras palabras, su aportación al negocio total fue de 1.701 millones de euros de enero a septiembre de este año.
En el caso especifico de Colombia la firma lideraba actualmente dos proyectos, por un valor de 29 millones de Euros, para la construcción de las planta de tratamiento de aguas residuales en Madrid, Cundinamarca y el sistema de tratamiento y abastecimiento de agua potable en Yopal, capital de Casanare que desde el 31 de mayo de 2.011 perdió su planta potabilizadora de agua y desde entonces ha sufrido un calvario de errores, corrupción y escándalos al que se suma ahora la quiebra de Abengoa, pues era la esperanza de poder contar definitivamente con una PTAP definitiva en un plazo no mayor a tres años .