Yolanda González, directora del Ideam, le explicó al diario EL TIEMPO que se está cumpliendo todo lo necesario para considerar que El Niño ya llegó, entre otras cosas, incremento en las anomalías de las temperaturas en el Océano Pacífico Tropical y que los vientos de superficie del hemisferio sur se han debilitado, lo que ha traído a las costas de Suramérica las aguas cálidas que vienen de Australia.
Pero la llegada del fenómeno no quiere decir que la temporada de lluvias se suprime, sino que se alterará como respuesta al evento y, en términos prácticos, desembocará en una reducción de hasta el 60 por ciento de las lluvias en la Región Caribe y Andina.
En ese escenario, regiones donde los volúmenes de precipitaciones suelen ser bajos, como en la Orinoquia, el Caribe, con Atlántico, La Guajira y Magdalena, y también en Cauca, serían las más afectadas y los niveles de los ríos podrían reducirse.
“Por ser un país tropical pasamos rápido de las lluvias a la sequía y la variabilidad climática nos afecta cada vez más. A eso se suma que en las últimas décadas se ha aumentado la probabilidad de ocurrencia de Niños moderados y fuertes”, aterriza la directora del Ideam.
La perspectiva de centros internacionales como el Climate Prediction Center (CPC, por sus siglas en inglés) y el International Research Institute for Climate and Society (IRI, por sus siglas en inglés) apuntan que El Niño iría desde septiembre pasado hasta la temporada de lluvias de abril y mayo próximos.
Y si bien las proyecciones de esos centros de referencia y las propias del Ideam hablan de que tendría una intensidad de débil a moderado, preocupa que la ocurrencia de este evento se cruzará también con la temporada seca del próximo año, en el primer trimestre.
Ampliación el siguiente audio:
Ing Leonardo Barón.
Complementado con: El Tiempo.