
Al conmemorarse 50 años de la muerte de CAMILO TORRES, no pretendo hacer CAMILISMO, ni apología de la lucha armada, resulta innegable que uno de los líderes populares más recordados En Latinoamérica es el sacerdote CAMILO TORRES, pero muchos particularmente los jóvenes no saben de quien se trata.
Era un sacerdote proveniente de una familia acomodada, hijo de un médico , nació en el año 29 del pasado siglo en Bogotá, que se educó en parte en Europa. Es importante no por ser el 1er cura guerrillero, como lo fuera después MANUEL PEREZ quien llegó a ser comandante del ELN. Torres es importante por fundar la primera facultad de sociología en Colombia, en la Universidad Nacional. También fue uno de los precursores de la Teología de la Liberación a nivel latino, corriente de pensamiento ideológico del Catolicismo, nacida después del Concilio Vaticano II, que propugna por una Iglesia del lado de los pobres y no como sucedía con la nuestra que era alidada en la práctica del partido conservador, los terratenientes y capitalistas. Su trabajo durante su estancia en la Universidad de Lovaina en Bélgica “La proletarización de Bogotá” es pionera de la sociología urbana latinoamericana, donde desde las estadísticas aborda el tema del desplazamiento del campesinado hacia las incipientes ciudades y sus condiciones sociales de pobreza e injusticia social. También fundó el Movimiento Universitario de Promoción Comunal y es Miembro del Comité técnico para la reforma agraria en 1962, porque la espina dorsal de la problemática social de Colombia continúa siendo la propiedad de la tierra según la tesis de Alfredo Molano.
Su error estuvo llegar a la conclusión, ante el fracaso de su FRENTE UNIDO DEL PUEBLO y sus marchas, de que en vista de que no había opciones políticas dentro del Frente Nacional y sus oligarquías roja y azul, no quedaba sino la opción armada para llegar al poder y que el pueblo daría respaldo a esa causa, como había sucedido en CUBA, pero la nuestra era otra geografía y nuestro pueblo no era como aquel, ni la élite de acá era como esa. Así que a pesar de lo mucho que sabía, era ignorante de lo más importante para un guerrillero: disparar bien y en su primer encuentro con el ejército fue dado de baja, las fotos de él muerto, difundidas como sí fuese el trofeo de un safari. Para evitar cultos políticos, desde 1966 su cuerpo no ha sido entregado a sus familiares. El comandante de ese operativo en San Vicente de Chucurí, fue el futuro Ministro de Defensa Álvaro Valencia Tovar ya también fallecido. El gobierno por fin autorizó gestiones en ese sentido.
Deseo repetir la anécdota según la cual se narra que Torres se volvió amigo del Coronel Román Bazurto, el fundador del extinto DAS y con quien estuvo un par de veces en la hacienda Guarataros de Aguazul, cada uno defendiendo desde orillas diferentes, entre los desplazados, principalmente de Boyacá y ex bandoleros de los que acompañaron a Guadalupe Salcedo, la idea de “la tierra para el que la trabaja” . Hasta que el Coronel al percatarse a fondo del enfoque altruista y social de aquel, con el pragmatismo que le caracterizó le dijo: “Curita: no pierda el tiempo en Casanare, por acá la gente quiere tierra, pero para volverse terrateniente y rica” y dicen que el cura nunca más volvió por estos lares.
El mejor homenaje que el ELN, puede rendirle a este excepcional militante, es hacer lo contrario de lo que hizo Torres, desempuñando sus armas en este histórico momento.
MIGUEL ALFONSO PÉREZ FIGUEREDO