La cara oculta de la Luna también recibe el nombre de “lado oscuro”, aunque es inapropiado, ya que la luz solar baña toda la superficie del satélite de la Tierra.
El aparato, llamado Chang’e-4, llevará a cabo estudios sobre radiofrecuencias bajas, el cultivo de tomates en otros planetas, recursos minerales y demás. China llevaba años preparando esta operación, especialmente difícil desde el punto de vista tecnológico. Uno de los mayores desafíos es lograr comunicarse con el robot lunar.
Como la cara oculta de la Luna está orientada en sentido opuesto a la Tierra, no hay una “línea de visión” directa para transmitir señales, salvo que se instale un relevo. Así, China lanzó en mayo un satélite que bautizó ´Queqiao’, posicionado en la órbita lunar para transmitir órdenes y datos intercambiados entre la Tierra y el módulo.
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AFP