Partido de fútbol entre víctimas, victimarios y funcionarios de diferentes entidades en la cárcel de Yopal se convirtió en un acto simbólico donde cada una de las partes dio paso a una reconciliación de la violencia que afectó a Casanare en el pasado. La actividad estuvo inmersa en la semana internacional contra la desaparición forzada.
“Mi mensaje es ‘desarmé mi corazón’. Así describe Yudi Alfonso, víctima del conflicto armado de Monterrey, su experiencia en el partido de fútbol que se realizó ayer.
Representantes de las víctimas de cinco municipios jugaron en equipos mixtos con internos que pertenecieron a los grupos al margen de la ley: Eln, Farc y Paramilitares; así como funcionarios de la Fiscalía General de la Nación, las Personerías de Aguazul y Yopal, Defensoría del Pueblo, ICBF, Secretaría de Gobierno de Aguazul y guardianes del INPEC.
El partido entre los equipos ‘la Fortaleza’ y los ‘Turpiales de la Paz’ (como se autodenominaron) se desarrolló en completa armonía y terminó tres goles contra dos.
Seguidamente los participantes plasmaron un mensaje de reconciliación en un mural preparado por la Fundación Yovany Quevedo. Por último las víctimas y victimarios intercambiaron artesanías (elaboradas por los internos) y detalles como símbolo de perdón.
“Fue un ejercicio donde todos teníamos el mismo uniforme, un encuentro de experiencias y saberes, pero sobre todo una actividad práctica por la paz”, dijo el Personero Municipal de Yopal encargado, Juan Gabriel Guarnizo López, al término de la jornada.
Por su parte Johana Quevedo, (hija del desaparecido Yovany, en cuyo honor lleva el nombre la Fundación que organiza la semana), expresó que “se desataron los roles y jerarquías, nos tratamos como iguales y las diferencias se hicieron a un lado. Es un mensaje para todas las personas de Colombia”, e invitó a la comunidad en general a solidarizarse con esta causa.
Ahora las víctimas esperan encontrar a sus familiares y por fin descansar de su duelo.