El viernes se inauguran las justas, en medio de críticas a la organización.
El Comité Olímpico Internacional y los organizadores de los Juegos Olímpicos de Río 2016 están inmersos en una carrera contrarreloj a pocos días de la ceremonia inaugural, el viernes, con las asignaturas pendientes de varios problemas por resolver.
Críticas a la Villa
Numerosas delegaciones han presentado quejas por el estado actual de la Villa Olímpica, principalmente por problemas eléctricos e hidráulicos. En su inauguración el 24 de julio, 15 de los 31 edificios tenían problemas de fugas de agua o baños atascados, por lo que fue necesaria la asistencia de más de 600 plomeros.
Las críticas se extienden al resto de las instalaciones y pabellones olímpicos, incluyendo la bahía de Guanabara, sede de las competiciones de vela y cuyas contaminadas aguas llegaron a ser consideradas una amenaza para la salud. También ha habido denuncias de robos a deportistas (como a los australianos y chinos), por lo que se ha incrementado la seguridad.
El miedo por el zika
Se espera la llegada de medio millón de personas para las justas, pero la preocupación por el zika podría desalentar a los viajeros. Hasta el momento no se han vendido cerca de un tercio de las entradas. Brasil ha sido el país más afectado por el brote de la enfermedad, y muchos médicos, deportistas y posibles visitantes han manifestado temor a que el evento pueda desatar una propagación global del virus.
El riesgo que representan las infecciones con el virus de Zika durante los Juegos es bajo y manejable, dijo Margaret Chan, directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Actualmente no existe una vacuna ni tratamiento para el zika, que se propaga principalmente a través de la picadura de un mosquito con la infección, aunque también puede ser por transmisión sexual. Chan llamó a los visitantes a usar preservativos.
Deportistas rusos
El tema de la competición de los deportistas rusos en Río de Janeiro, tras el escándalo de dopaje, ha sido uno de los temas polémicos y no se puede postergar más. La decisión final del número de participantes podría quedar fijada en las próximas horas y corresponderá a un panel de tres miembros nombrados por el Comité Olímpico Internacional (COI).
Por el momento, de los 387 deportistas incluidos originalmente en el equipo ruso, 117 –entre ellos 67 atletas– ya han sido excluidos, mientras el resto está a la espera de que el COI los autorice a competir.
El COI se opuso, el 24 de julio, a la exclusión total de Rusia de los Juegos, como pedían algunas organizaciones, incluida la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), tras la publicación del informe que demostró la existencia de un “sistema de dopaje de Estado” en Rusia del 2011 al 2015.
Protestas
En medio del clima preolímpico, diferentes sectores de manifestantes salieron a las calles de Brasil el pasado domingo para pedir la salida definitiva de la suspendida presidenta Dilma Rousseff, o en grupos más pequeños a defender su permanencia, semanas antes de que se enfrente a un proceso de juicio político que la alejará probablemente del poder. Las amenazas de nuevas protestas, durante los Juegos, persisten.
Otra preocupación tiene que ver con la amenaza del sindicato del metro de Río de ir a huelga a partir del jueves 4 de agosto, víspera de la inauguración, si no consiguen un aumento salarial de 9,83 por ciento. La empresa les ofrece 5 por ciento. Una nueva línea del sistema subterráneo, que debía abrir el primero de agosto, será vital en el transporte de más de medio millón de turistas que aguardarán entre los barrios Ipanema y Barra, donde se disputará la mayoría de las competencias deportivas.
Seguridad
Además de las denuncias por la inseguridad que se vive en Río de Janeiro, está el tema del temor a algún ataque terrorista durante el certamen. En las últimas dos semanas, 13 personas, todas de nacionalidad brasileña, han sido detenidas por las autoridades tras sospecharse de tener vínculos o al menos simpatías con grupos terroristas como el Estado Islámico (EI).
Brasil cuenta con 85.000 policías y militares para garantizar la seguridad en los Juegos. Soldados fuertemente armados patrullan los principales puntos turísticos de la ciudad, en una operación que ha sido reforzada después de los recientes atentados terroristas en el mundo.