Logró este domingo su decimoquinta estrella al vencer 3-2 en penaltis a Junior tras el 2-2 global.
Nacional tuvo que pagar una cuota de sufrimiento adicional para convertirse en el equipo más veces campeón del fútbol colombiano. Fue el mejor de la liga desde el primer minuto hasta el último, pero el sistema del torneo lo obligó a jugar dos durísimos partidos frente al Junior de Barranquilla, que remataron con un desempate desde el punto penalti, donde obtuvo, merecidamente, su estrella 15. (Lea aquí: ‘La responsabilidad era muy grande por lo que dejó Osorio’: Rueda).
Los verdes, que tuvieron el aliento de 44.707 espectadores, en la mejor asistencia de público de la liga en el 2015, pudieron haber resuelto mucho antes el título. De hecho, antes de los 30 segundos de juego ya habían revertido el daño sufrido en Barranquilla, en el primer partido de la final, cuando perdieron 2-1 y pudieron haber terminado peor. El juvenil Marlos Moreno (o Marlon, como él mismo pide que lo llamen, para corregir el error que cometieron cuando lo registraron), con solo 19 años, definió como el más experimentado de los delanteros, con un enganche de pierna derecha y un tremendo remate cruzado con la zurda. (Vea también: Video motivacional de Atlético Nacional antes de la final).
Junior recibió el golpe, pero se mantuvo en pie. Sabía que tenía que haber hecho el daño en Barranquilla (y, de hecho, tuvo para ganar 3-0 o 4-0 ese día), pero como la diferencia que llevó al Atanasio Girardot era de apenas un gol, y como le empataron la serie tan temprano, el técnico Alexis Mendoza decidió no modificar su idea y jugó a tratar de evitar recibir más goles en los 89 minutos que quedaban. Y lo logró, porque a Nacional le costó llegar al arco rival. En efecto, en el primer tiempo solamente volvió a acercarse al arco de Sebastián Viera en el minuto 41, en un remate de Macnelly Torres que detuvo el uruguayo y un rebote, en esa misma jugada, que no logró concretar Sebastián Pérez.
Junior tampoco es que haya hecho mucho más por evitar los penaltis. Solamente tuvo una opción de gol en todo el partido, que fue un remate del paraguayo Roberto Ovelar desde afuera del área que pasó por el lado del palo izquierdo del arquero Franco Armani.
Todo igualado
No parecía un partido de final. Junior jugó con mucha paciencia, quizás con exceso de precauciones. Para lo único que movió su equipo el DT Mendoza fue para cambiar una pieza de ataque, al sacar a Édinson Toloza, que fue importante en el juego de Barranquilla, pero que en el Atanasio pasó en blanco, y meter a Juan David Pérez, que tampoco tuvo opciones de anotar.
Nacional sí trató de revertir la situación y Reinaldo Rueda le sacó todo el jugo que pudo al banco de suplentes: primero, sacó a Macnelly Torres, que no tuvo una buena actuación ni en Barranquilla ni en Medellín, y metió al venezolano Alejandro Guerra.
Luego, cambió lateral por lateral, al sacar a Gilberto García y meter a Daniel Bocanegra. Y ya al final, decidió reforzar el medio campo con la entrada de Alejandro Bernal por Alexánder Mejía.
La pelota fue dominio verde, durante más del 60 por ciento del partido (véase gráfico de estadísticas), pero no pudo inquietar a Viera, salvo un remate desde fuera del área y un tiro libre cobrado por Gilberto García que no tuvo destino de arco, pero alcanzó a asustar a los barranquilleros.
Ya en los últimos minutos, los dos entrenadores pensaron más en cómo llegar bien a los penaltis que en buscar algo más. Solo así se puede explicar que el técnico del Junior, que no había movido más el banco desde la entrada de Pérez, haya mandado a la cancha al lateral Félix Noguera en lugar de Vladimir Hernández. El tiempo se agotó.
En el punto blanco
La suerte de seis meses de trabajo y de 26 partidos oficiales se definía en 10 cobros. O menos, si es que alguno de los primeros fallaba. Y el primero erró: Noguera, el primero en pararse al frente de la pelota, la tiró a la derecha de Franco Armani y allá llegó el portero argentino para hacer estallar el Atanasio.
Luego se paró en el punto penalti Daniel Bocanegra, otro que estaba fresco. Pero tampoco pudo. El remate fue calcado al de Noguera y Viera también voló a su derecha para poner otra vez el marcador en ceros.
De ahí en adelante, acertaron, en su orden, Luis Narváez, Yimmi Chará, Roberto Ovelar y Alejandro Guerra. Hasta que llegó el turno de Guillermo Celis, de Junior, que le puso mucho entusiasmo a su cobro, pero poca dirección: la pelota se fue por encima de la portería y terminó en medio de Los del Sur, la barra de Nacional…
Sebastián Pérez puso en ventaja a Nacional con un remate que entró por todo el centro del arco y de nuevo Franco Armani, como hace año y medio, dejó a Junior con las ganas de celebrar y ayudó a colgar una estrella más a Nacional, al atajar el último remate de Junior, el de Gustavo Cuéllar. Ahí terminó la final.
Nacional hizo todos los méritos para coronarse campeón: impuso el récord de puntos en la fase de todos contra todos, con 45; fue el equipo más goleador de la liga, con 40 tantos en 26 partidos; también fue el que menos recibió, 11; tuvo al goleador del torneo, Jéfferson Duque, con 15 anotaciones; fue el mejor local del campeonato, con 34 puntos en 13 partidos (solo cedió un empate con Medellín, el 18 de julio, y una derrota con Once Caldas, el 23 de agosto), y también el mejor visitante, con 21 puntos. El sistema del campeonato, que puede ser injusto, pero que es igual para todos y para eso lo aprueban los presidentes de los clubes, obligó a Nacional a esperar a los penaltis para coronar esta campaña brillante.
Ya el sufrimiento se acabó. Y los hinchas verdes pueden sacar pecho: hoy, su equipo amaneció como el más veces campeón de la liga. Y eso no se lo quita nadie, porque, de principio a fin, Nacional fue el mejor equipo. Y por eso hoy está estrenando estrella.
Tomado de: eltiempo.com