Patricia Galvis, es una mujer de 35 años de edad, que a mediados del mes de mayo sufrió fractura en una de sus rodillas, desde entonces se encuentra inmóvil, hospitalizada y sin que se le realice la cirugía correspondiente.
Aunque tiene Sisben de Sácama, su aseguradora o EPS es Famisanar régimen contributivo, por varias circunstancias, entre ellas la económica desde hace meses no ha podido colocarse al día con su cotización, situación que no le permite cambiarse de régimen, acceder a servicios de salud y mucho menos a que se le practique cirugía alguna, porque no hay quien responda.
En el momento en que Galvis, sufre el accidente doméstico fue atendida por el Centro de Salud de Sácama, según información suministrada por ella misma, en ese entonces el galeno que la revisó consideró que no se presentaba lesión alguna en su humanidad, y la envió de regreso a casa.
Sin embargo, señala ella que se siguió sintiéndose mal, hasta que perdió la movilidad, para ese entonces ya habían pasado 20 días, nuevamente los vecinos la llevan al Centro de Salud, donde le ordenan una radiografía, pero no le ordenan la remisión al Hospital Regional de la Orinoquia, por lo que se vio avocada a ir al municipio de Tame en el departamento de Arauca para que le tomaran dicho examen.
Ya con la radiografía en mano, regresa a Sácama para que nuevamente el medico la vea, efectivamente el medico encontró que había una lesión y que era urgente remitirla a un centro de mayor complejidad, por lo que la remitió al HORO.
Cuando llegó al HORO, la atendieron y le dieron los cuidados mínimos vitales, sin embargo, no le hicieron el procedimiento quirúrgico, porque no hay quien pague. Tampoco puede dejar el hospital ya que la deuda de estos 24 de días de cuidado, hospedaje y alimentación ascienden a varios millones de pesos que Galvis no tiene y no puede pagar.
Lo cierto es que, a la fecha, Galvis, sigue en deuda con Famisanar EPS, en deuda con el Hospital Regional de la Orinoquia, pero con la rodilla lesionada, con sus hijas viviendo de la misericordia de los vecinos y con un sistema de salud indolente que no va a responderle por los daños y perjuicios causados por el deterioro de su pierna y su vida, pero que si la obliga a que responda con el pago de un servicio que no le han prestado.