El blanco fue la finca La Esperanza de la vereda Santa Rita. El propietario de los cerdos envía un poderoso mensaje espiritual de transformación, pidiendo al cielo un cambio en el corazón de los ladrones.
Se trata de don Alirio Rincón; un hombre de raíces campesinas cuyo trabajo en el campo le ha permitido vivir de lo que produce la tierra sin hacer daño a nadie, pero entregando su vida entera a Dios en su inquebrantable fe, que le ha permitido tener un punto de vista que nadie esperaría en tiempos donde los sentimientos de impotencia y venganza ante el actuar delictivo que azota a nuestra Colombia entera.
Don Alirio asiste a la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia en Paz de Ariporo y trabaja en la finca La esperanza de la Vereda Santa Rita del municipio de Hato Corozal, hasta este lugar llegaron los delincuentes para llevarse cinco de sus más grandes cerdos que cría para el sustento diario.
El descubrimiento llenó de confusión a don Alirio, porque es el fruto de su trabajo confiesa que sintió rabia e impotencia, pero reflexionó y pensó que todo esto hace parte de los designios de Dios para él y que esta sería una oportunidad para reconocer que a través de la enseñanza puede llegar a más corazones buscando el arrepentimiento y cambio de actitud en aquellas personas que no tienen un horizonte en bendición para que busquen los caminos del Señor.
“Si yo me dejo llevar por el mismo enemigo y quiero vengarme yo mismo, la palabra de Dios dice que de Él es la venganza y cuando yo quiero hacer justicia por mí mismo le estoy quitando el lugar que le pertenece a Dios” Don Alirio llamó la atención de las personas mayores para dar consejo a la juventud y manifiesta que está dispuesto a “Echarle el brazo a esa persona”, refiriéndose a los ladrones, y darles consejo para transformar su vida.