Aquel 2 de mayo de 2002, tras una explosión de un cilindro bomba que fue lanzado por unos guerrilleros de las FARC a la iglesia de Bojayá, en donde 79 personas perdieron la vida, hoy los familiares de las víctimas les dicen adiós en medio de una eucaristía.
Aunque todavía hay familias que no han reconocido a sus familiares, hoy, algunos dolientes se despidieron en medio del dolor y quienes después de 17 años les dicen adiós en medio de una célebre eucaristía.
En donde los cientos de asistentes pero sobre todo en los familiares de las víctimas se conocieron una mezcla de sentimientos y sensaciones de desespero, rabia y un dolor por no saber el por qué fueron protagonistas de esa tragedia que en luto a todo el pueblo colombiano por culpa del conflicto armado.
En el polideportivo de Bojayá (Chocó) dio lugar para la ceremonia y recibimiento de los 79 cofres de madera, en donde 45 de ellos son de color blanco que representan a los bebés, niños y adolescentes que murieron en el enfrentamiento.
Tragedia
Ese 2 de mayo, centenares de hombres llegaron al municipio de Bojayá personas del hombre del grupo armado de los grupos 5, 34 y 57 del bloque “José María Córdoba”, de ese entonces guerrilla de las FARC quienes ingresaron y se enfrentaron a los paramilitares del bloque “Élmer Cárdenas” de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en donde estos dos grupos al margen de la ley disputaban el control de las tierras del Medio Atrato.
Ese enfrentamiento duró varios días y la mayoría de la población se refugió en la iglesia del pueblo porque era el lugar más seguro posible, pero lastimosamente el templo fue blanco de estos grupos pues lanzaron por lo menos tres cilindros bomba y una de las pipetas traspasó el techo de la iglesia, y cayó sobre el altar, explotando y dejando sin vida a los centenares de feligreses y personas que se encontraban allí.
Días después de esta lamentable tragedia, los cuerpos sin vida fueron enterrados en fosas comunes, afirmó líder del Comité de Víctimas, José de la Cruz Valencia, pues no se conocían a las víctimas. Pero tiempo después fueron exhumados y llevados al cementerio del pueblo nuevo para darles cristiana sepultura, pero seguían sin ser identificados.
Hace dos años los restos fueron exhumados nuevamente y trasladados a la sede de Medicina Legal ubicada en Itagüí, Antioquia, y después de una exhaustiva investigación forense se logró identificar 72 víctimas de esa tragedia. Y que el pasado 11 de noviembre, los cuerpos fueron llevados en helicóptero de la capital de Antioquia hasta vigía del Fuerte del mismo departamento y luego trasladados en lancha hasta Bellavista.