
EL YOPAL QUE SE QUIERE Y EL MONUMENTO AL MOTOCICLISTA IRRESPONSABLE.
Un monumento es una obra pública, recordatorio en la memoria colectiva de un hecho, de una persona o personas, de gestas militares y de sus víctimas, de cosas buenas y malas. Algunos ejemplos de ellos son: el Monumento al Holocausto en Berlín, compuesto por 2711 bloques de hormigón de diferentes alturas, con la misma base. Es más bien un anti monumento que cumple cabalmente su función, ya que cada visitante, se forma una idea particular ante la pregunta.: ¿qué es esto tan feo? El mismo interrogante que nos hacemos frente a lo hecho por Hitler. Cada uno, elige su ruta para adentrarse y conocerlo, como la respuesta ,que cada quién nos damos, frente a lo sucedido, ante el genocidio de 11 millones de personas principalmente judía++++++s.
Otro, es el Monumento a los Veteranos de Vietnam, en Washington. Un imponente y largo muro de mármol negro de 77 metros de longitud con tres metros de altura, donde están grabados los nombres de los 58 mil soldados ofrendados por los EEUU en esa guerra. Simboliza el prolongado camino recorrido por esa nación, por sus soldados caídos y sus familias, en la que fue su primera derrota, así la intención hubiera sido la contraria. Por último, mencionaremos, el monumento conmemorativo del 11 de septiembre en Nueva York, es impactante; está conformado por dos piscinas, ubicadas cada una donde estuvieron las torres gemelas, un espacio de agua, pues sin ella no hay vida, rodeado de árboles y destinado a producir tranquilidad a los visitantes y familiares de sus 2996 víctimas, cuyos nombres están igualmente grabados allí.
Los conceptos de cada uno de esos monumentos fueron siempre controvertidos por lo atrevidos, con el paso del tiempo los visitantes los han entendido y les da reconocimiento.
Pues bien, yo propongo el “Monumento al motociclista irresponsable”, uno en deshonor de aquellos conocidos por esa conducta. Sí con ese nombre y bajo los siguientes parámetros: un lugar que nos recuerde que, por la desgracia de motociclistas plenamente identificados, hemos estado varias veces en el podio de los departamentos con mayores muertos per cápita a nivel nacional, incluso hemos ocupado el vergonzoso primer lugar.
Se construiría, con chatarra de esos accidentes, y de la que dejó el incendio del parqueadero sin póliza, donde estaban algunas de las que circulaban irregularmente. Deberá haber un lugar destacado para las que siendo supuestamente chatarrizadas lograron, seguir circulando así existiera sentencia de por medio. La chatarra debe ser preferentemente de motos de dos tiempos porque a pesar que ellas atentan contra el medio ambiente, por sus emisiones contaminantes y ruido, acá siguen circulando, así ya estén prohibidas en otras ciudades como Bogotá. Puede haber ropa de hombres mujeres y niños, sombreros, gorras e incluso chanclas o cotizas, pero allí no habrá lugar, para chalecos reflectivos, cascos o cualquier otro elemento de protección. Deberá integrarse con un pebetero alimentado no con gas o gasolina, sino con alcohol, eso sí etílico, sugiero que sea, con el que haya sido decomisado. La cara superior de su base, deberán ser unas cebras de tránsito impecablemente pintadas, porque para la gran mayoría de motociclistas, no existen en la práctica, esas zonas de protección para los peatones, así se encuentren en tal estado. Deberá contener nombres de hombres, mujeres y apellidos de uso común entre nosotros, cada uno precedido con un número consecutivo y terminado con un asterisco, nos remita a una leyenda, donde se lea en letras de molde: “Los nombres son ficticios para proteger la identidad de los protagonistas”; deberá que corresponder al número de víctimas documentadas a la fecha de su construcción, contendrá un pedazo inconcluso para la futura inclusión de nuevos nombres.
La base deberá ser circular, por la sencilla razón que parodiando la canción de Niche: “campañas y campañas, siempre en el mismo lugar”. Ese monumento cumpliría en mi sentir los requisitos de ser impactante e inolvidable, por la experiencia que sentiría cada visitante sea o no motociclista.
Miguel Alfonso Pérez Figueredo