Las fiestas de cada ciudad además de ser un espacio recreativo, al que todos tenemos derecho, son también una oportunidad de promoción de cada municipio, de esparcimiento para unos y de trabajo para otros. Las fiestas como las de uno, van de acuerdo al presupuesto de cada cual, con su estilo, y en ellas por mucho que se esmere el organizador siempre habrá inconformes , siempre habrá críticos.
Oí con atención una cuña radial post evento, de otro muy famoso , donde cuantificaban lo recaudado y había desequilibrio total respecto de lo invertido. Lo defensores de este tipo de eventos que pretenden la reactivación económica, terminan esgrimiendo argumentos subjetivos, e incuantificables como: “ el nombre del departamento fue destacado en noticias a nivel nacional”, que “se trata de invertir en imagen y ese es un proceso a largo tiempo” “ dimos campo a la economía naranja e innovación” etc. etc.
Estuve un rato en el Joropo Fest 2021, una buena logística, magníficos artistas, e invitados, pero con muy poca participación ciudadana, Se pregunta uno acerca de lo invertido, en quienes se enfocó el gasto o inversión y la magnitud del impacto en lo económico.
Acá empiezan los peros y subjetividades con este tipo de eventos, cuantioso billete en unos pocos de renombre , cuando es la oportunidad de vincular a muchos grupos llaneros, o de danzas, en lo propiamente cultural. Me identifico con el concepto que tienen pequeños comerciantes, o de quienes también luchan con su escuela de danza pesar de la pandemia, de los cultores del folclor llanero en formación, de los que tienen su grupo llanero no famoso, de quienes quieren volver una oportunidad de emprendimiento la gastronomía local, en fin, a los que “viven” de eso y quienes como en cualquier negocio de lo se trata de invertir un billete en la coyuntura para obtener una ganancia económica.
Discutimos sobre la democratización de lo gastado; que los beneficios que se pagan con el dinero público lleguen al mayor número posible de casanareños , dedicados a estos oficios. ¿Se logra lo pretendido? ¿Se invierte en muchos o en unos pocos?, se invierte en los mismos y con los mismos de siempre? Estas preguntas que incomodan a unos pocos, son las que nos hacemos la mayoría.
Pero contrario a lo que ha reportado quien dirige el gremio de los comerciantes, esto es con cifras no con vagas afirmaciones llenas de optimismo y sobre la famosa economía naranja, uno de cuyos principios el de la innovación no resulta reflejado en el mismo evento.
En relación con las Fiestas de Yopal , en mi caso estoy de acuerdo con la descentralización de las fiestas en varios sectores de la ciudad, pero con la vinculación del mayor número de grupos llanero locales y de escuelas de joropo, con zonas amplias para la gastronomía local y vendedores ambulantes y ocasionales.
En relación con el Cimarrón de Oro, es hora que la innovación entre en él, su junta directiva debe reconocer que hace años que se estancó, Vale la pena dedicarlo solo voz recia o debe ampliarse? Y la articulación y promoción de jóvenes de procesos pedagógicos como el Garcero del Llano, ¿dónde está? Y cómo incluir más danza, ¿y su evolución reflejada en las coreografías?, y los homenajes a quienes por tantos años y a pesar de las dificultades de han dedicado de lleno a estos oficios? ¿Y la familia dónde queda?.
Todos los cultores del folclor llanero y de la familia deberíamos estar en modo fiesta.
Miguel Alfonso Pérez Figueredo