Mañana en la JEP, es el turno de Casanare de escuchar versiones por parte de los militares de la decima sexta brigada, de lo ocurrido durante finales de la guerra a comienzos del presente siglo. Casi trescientos casos de falsos positivos, un horroroso capítulo de nuestra historia, que avergüenza a Colombia y su ejército nacional; que en este caso nada tiene de glorioso. “No son todos, de nombres, que pruebe” , es lo que se escucha en estos casos, es la estrategia dialéctica pasar de la generalización a la relativización y viceversa a conveniencia.
Según las estadísticas van contabilizados 6402 compatriotas asesinados, y así como la JEP tuvo que reajustar la cifra , nada asegura que es la definitiva. Pueblo asesinado hermanos, hasta Caín se avergonzaría . Una orden que según lo hasta ahora escuchado no dio ningún general, pero que soldados obedientes, – que es lo que se espera de ellos-, resultaron acatando, no se sabe cómo . La cifra es menor a sumar las poblaciones de Sácama y Chámeza, superior número a los habitantes de Recetor, o un poco más de lo proyectado para Támara para este año. La comparación podría hacerse y es válida departamento por departamento.
Un ejército de asesinos durante esos años. La solidaridad de cuerpo , la obediencia debida que no puede ser ciega no les ha funcionado, a pesar del entrenamiento en seminarios de técnicas jurídicas para contestar ante la JEP. Es simple muchos soldados moralmente se dieron cuenta que fueron fratricidas , que sus superiores están llenos de medallas, mientras ellos llenos de traumas y pobreza.
Por algo la justicia ordinaria, acaba de condenar a un ex alcalde de Chámeza y un excomandante del Batallón Ramón Nonato Pérez a 40 años de prisión por su participación en los actos de tortura, homicidio y desaparición de 54 personas entre 2002 y 2003. Las órdenes provenían de alias Martin Llanos el verdadero Gobernador de Casanare y Comandante del Ejército y la Policía por esos años. Recuerdan el caso del médico Geiner Antonio Munive Rodríguez quien, en su año rural, no siendo oriundo de Casanare prestaba sus servicios en Chámeza. Alias Solín reconoció la autoría en este hecho. Ni derecho a médico tenía la población civil y desde entonces comenzó el drama que varios municipios se quedaron sin médico por varios años.
¿Ahora si entienden porque se quería desmontar la JEP? , ¿Otorgarles voto a la fuerza pública? ¿Ahora si entienden la gravedad que se excluyera a Martín Llanos de esa jurisdicción? Que Casanare, no confirmara de la voz de aquel lo que todos sufrimos la connivencia de miembros del ejército, de la policía y del extinto DAS con ellos y un capítulo inexplorado, el de los jefes de seguridad de empresas del sector petrolero generalmente ex militares con ellos . Era la época del toque de queda que nadie se atrevía a desobedecer. Cuando citaron todos los taxistas en Monterrey , que no que era en Paz de Ariporo, reunión incumplida porque de lo que se trataba era de demostrar poder a los habitantes de Casanare. Yo mismo, siendo amenazado por las ACC, le pedí al ex presidente Uribe, en el primer consejo comunitario una salida política para aquel, la repuesta fue palabras más palabras menos fue: “esa pregunta ya no es para mí , es para los generales”. Entendí que la respuesta para ese grupo era militar. Recordé que un elemento de la estrategia del gobierno nacional en su guerra contra Pablo Escobar, fue en la práctica aliarse informalmente con el cartel de Cali, filtrar información a los PEPES y ese fue el inicio del paramilitarismo otro triste capítulo de nuestra historia. ¿Recuerdan que apareció un frente de las AUC , comandado por los Mellizos Múnera y a ordenes de Vicente Castaño? Casanare como cosa rara fue teatro de combate en Maní entre las AUC y las ACC, hágame el favor.
Pero la situación es tal que, a pesar de todas esas embestidas contra la paz, un sector de la población creemos en los acuerdos , creemos en las curules de paz, creemos en la JEP, creemos en la Comisión de la Verdad, en fin, creemos en el nuevo Título agregado a la cumpleañera Constitución y todo ello porque ni es falso y es positivo.
Miguel Alfonso Pérez Figueredo