
La actual preocupación mundial es, ¿cómo vamos a producir alimentos?, ¿a qué costo?, ¿Quiénes lo producirán?
Pues bien, el tema es preocupante, desde que empezamos a observar que en nuestras mesas escasea el alimento, que en las plazas de mercados locales no encontramos variedad de productos y que por ende vemos como algunos de estos provienen desde otras partes, nace la pregunta entre nosotros, ¿por qué no producimos si tenemos tierras? ¿Por qué comprar en otras partes a mayor costo?, el COVID-19.
El cual silenciosamente ha tocado sus puertas, nos hace reflexionar sobre la importancia de que nuestros jóvenes miren el campo como fuente y sustentabilidad de vida.
Nuestros campesinos, son las personas más vulnerables con esta emergencia, nos obstantes debemos reconocer que la juventud juega un papel importante en la transformación del campo y los ojos deben estar puestos en reactivarlo, pues la “Relevación generacional es ahora” cuando hablamos de relevar a nuestros campesinos no queremos decir que saldrán del campo; al contrario deben ser ellos quienes inciten a nuestros jóvenes seguir haciendo de nuestro territorio una despensa agrícola sostenible y sustentable.
Pero nace la preocupación de ver a nuestros jóvenes lejos del campo, en el afán de adquirir conocimientos profundos, que de una u otra manera están haciendo que se queden en la ciudad, de tal manera que se debe de analizar la objetividad de hacer que el campo renazca de manera subjetiva, generando espacios para que los jóvenes se empoderen y decidan de manera autónoma asumir la responsabilidad conjunta de promover el desarrollo rural.
El DANE en el último de los tres censos realizados en Colombia, destaca que este tuvo una cobertura operativa del 98.9%, cubriendo los 1.101 municipios del país, el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, 32 departamentos, 20 áreas no municipalizadas, 773 resguardos indígenas, 181 tierras de comunidades negras y 56 parques nacionales naturales, este 3er Censo Nacional Agropecuario, permitió conocer un primer vistazo a la situación actual del campo colombiano y su actividad agropecuaria. (Dane)
Censo que demuestra la baja productividad a causa de la desigualdad y se denota con gran preocupación, que el agro está en decadencia, y como si se tratara del sumar consecuencias, hoy con la emergencia por la pandemia del covid-19 se encienden las alarmas y se evidencia que la juventud debe volver al campo, como promotores y principales garantes de la agricultura, aprovechando el conocimiento tácito del campesino, fortaleciendo el campo, ateniendo consigo sus costumbres y creencias, que día a día están desapareciendo a consecuencias del bajo interés de la juventud, debido a la brecha económica y social entre lo rural y lo urbano.
El impulsar y gestar por que los jóvenes regresen a producir y reinventar estrategias para hacer de nuestro campo más productivo, debe de ser encaminado a la creación de líneas que permitan el desarrollo del mismo, la motivación juega un rol importante, ligado a mayores oportunidades que permitan que la juventud adopte decisiones que se entrelacen a mejorar la economía y manejo productivo del agro, siendo como conjunto principal la familia rural.
Leonela Torres Cubides – (Ingeniera Agroforestal)
Fundación Manos Verdes