Las recientes elecciones en el Perú, donde resultó ganador el candidato de la izquierda, Pedro Castillo, sobre la candidata de la derecha, Keiko Fujimuri, nos ofrece un hecho político que debe ser motivo de reflexión y de análisis de la política, teniendo en cuenta lo que podría suceder en Colombia en las próximas elecciones de mayo de 2022.
Fue la confrontación de dos candidatos totalmente distintos en su perfil, su historia y entorno político. Pedro Castillo, un maestro de una escuela rural, hijo de campesinos, con un discurso populista enfocado en una Asamblea Constituyente. Y, del otro lado, Keiko Fujimori, hija del expresidente y primera dama durante su gobierno, condenado por violación a los derechos humanos, una administradora de empresas y política de profesión, con investigaciones penales por lavado de activos con vínculos con Odebrecht.
Se trata de una situación política que merece ser estudiada desde el punto de vista del liderazgo político y de la estrategia del marketing como herramienta para alcanzar el poder. Castillo, el maestro rural, frente a Keiko, la empresaria política. Populismo de izquierda contra populismo de derecha. El primero, con su humildad y aparente honradez, frente a su contendor, personaje controvertido por sus malabares financieros, bajo una capitis deminutio en suspenso, que seguramente se la van a hacer efectiva cuando el organismo electoral la declare perdedora, pues Perú no es Colombia.
Ahora bien, el liderazgo para llegar al poder nada tiene que ver con el perfil gerencial que debe tener el candidato ganador cuando se posesione del cargo para manejar los destinos de un país arrasado por la corrupción, con un alto índice de desempleo, pobreza y en garras de los organismos financieros. Son dos etapas muy distintas. Se puede ser buen candidato para ganar las elecciones, pero mal gobernante. O buen gobernante, pero un mal candidato. La gente se inclina por el primero por la influencia de las redes sociales con su Fake news.
Las elecciones del Perú pueden ser una advertencia para Colombia en el 2022, proceso que ya se está cocinando con este paro nacional orquestado por unos líderes sindicales que armaron este monstruo incontrolable. Se requiere de un candidato de coalición, preparado, transparente, con carisma, humilde y con alta fortaleza de un liderazgo colectivo. De lo contrario, el candidato de la izquierda se lo engulle de un solo tarascazo.
Por: Francisco Cuello Duarte