A propósito de las encuestas del Centro Democrático a Gobernación y Alcaldía de Yopal, Las Mañanas de Violeta consultó a Diego Mateus, economista experto en esta temática.
El invitado subrayó que lo primero que se debe definir es el target o público objetivo, al cual se quiere llegar con la encuesta. “Sale una cantidad de personas a encuestar y aleatoriamente se escogen a quién se les va a preguntar, eligiendo puntos estratégicos donde se va a adelantar, teniendo en cuenta las edades a las que se va realizar la encuesta”, sostuvo.
En cuanto al margen de error, para este tipo de ejercicios de consultoría, puede oscilar entre del 3 a l 5 por ciento, dependiendo de un cálculo estadístico que se hace para estos casos.
Para que el trabajo de campo esté libre de cualquier manipulación, por sutil que sea, es necesario demostrar que el encuestador adopte una posición imparcial. Este aspecto es tan estricto, que incluso las preguntas se deben hacer en un tono imparcial, sin ningún tipo de acento a la hora de formularlas, para evitar el más mínimo asomo de favoritismo en torno a precandidato alguno.
En este orden de ideas se recomienda que el trabajo lo haga una firma foránea y que los encuestadores no sean de la región, porque ellos no conocen a los precandidatos, lo que juega en favor de la imparcialidad que se quiere.
Ya en el proceso de respuesta, en el orden de influencia aparece primero el grado de recordación que se tenga del precandidato. Luego viene la imagen que se tenga de él, la cual debe ser positiva, para que la respuesta sea favorable.
También es importante que los encuestadores hagan su trabajo en las mejores condiciones. Que a la hora de hacer la encuesta no estén agobiados por factores externos, como cansancio extremo, condiciones climáticas adversas, entre otras.
Cualquiera de estas situaciones va a imprimir un grado de celeridad a los empadronadores, que van a tratar de terminar rápido su trabajo para ir a descansar y la prisa en estos casos juega de amanera adversa en los resultados.