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Un total de 55 reclusos se vieron afectados por esta enfermedad, comúnmente conocida como «paperas», que, durante más de siete meses, obligó a las autoridades de salud a tomar medidas en el centro penitenciario, bajo lineamientos de Vigilancia Epidemiológica del Instituto Nacional de Salud.
Así se dio a conocer en la mesa técnica del 19 de octubre, donde se protocolizó el cierre del brote de la enfermedad. El primer caso confirmado se dio el 2 de marzo en el patio 4, dándose recomendaciones para el manejo, que tuvieron algunas dificultades al interior del centro de reclusión, por lo que el brote se extendió hasta ahora, controlándose con medidas restrictivas que ya fueron levantadas.
El secretario de Salud Municipal, Juan Francisco Amaya Vargas, ratificó que a pesar de que se tenían 419 personas expuestas, esta enfermedad se logró controlar, manteniendo un trabajo arduo, donde diferentes entidades como Salud Departamental, Defensoría del Pueblo, Personería Municipal, Grupo de sanidad y dirección del EPC; colaboraron en las actividades para mitigar la propagación del brote en el resto de la comunidad privada de la libertad.
El compromiso de cada una de las partes y en especial el que tuvo la dirección del centro penitenciario y las personas privadas de la libertad, fueron fundamental para controlarlo, lo cual permite que se levanten las medidas restrictivas que se mantenían, medidas que ya causaban inconformidad, ya que por mucho tiempo no se permitieron las visitas, ni la interacción con otros reclusos.